“Escoja perdonar"
- Paty G. Aguilar
- 20 mar 2021
- 4 Min. de lectura

Hace algunos años leí un libro cristiano de Nancy Demoss con este título, y me pareció excelente, duro y difícil (como el tema mismo) pero necesario. Sin embargo, es un tema recurrente que el Señor trata conmigo de manera cotidiana e intensamente cada cierto tiempo (así como la muerte, el arrepentimiento y la obediencia hacia Él)
En esta ocasión quisiera traerte un pequeño e “infalible" método que el Señor me ha dado a cerca del perdón (sólo funciona dentro de la Gracia de Cristo y si ya eres Su Hijo):
- El perdón no tiene que ver con tus sentimientos. Si el perdón (así como el arrepentimiento, el amor, la fidelidad o la obediencia hacia Dios) tuviera que ver con nuestras emociones, no lo realizaríamos. No debemos de esperar “sentir perdonar”, o “tener ganas de perdonar” o a que “se nos haya pasado la ofensa”. El perdón, (así como todo lo anterior mencionado) es un ACTO DE LA VOLUNTAD. Decidimos perdonar aunque nos duela.
- ¿Cómo lo hacemos entonces? Lleva tus cargas a Dios, háblale de tus sentimientos en oración, llora de ser necesario, escribe, grita, patalea y berrea (lo que necesites) después le dices así (en voz alta)
- “Señor, yo perdono a ___________ ASÍ COMO TÚ ME HAS PERDONADO.
(Pausa, y medita en esto: ¿cómo te ha perdonado Dios? Él te ha perdonado completamente!! No recuerda absolutamente nada, no te guarda rencor, no te cuenta las ofensas, no te las “saca” cuando ha pasado el tiempo!! así debes perdonar, con esa misma extensión de Gracia y misericordia, porque de hecho, si Dios los ha perdonado y amado cómo no lo haremos nosotros?)
- Después dí en VOZ ALTA:
"Guardal@, Bendícel@, llénal@ de Tu Espíritu Santo, líbral@ de todo mal, y ayúdame a sanar mis heridas" (aquí piensa que si no son salvos estás orando por su salvación, y si ya son hermanos, oras porque el Señor siga bendiciéndoles)
- Y listo, cada que vuelva a tu mente la ofensa, el dolor, la traición, el odio o lo que sea, no vuelvas a “perdonarle” si no di en voz alta: “SEÑOR YO YA L@ PERDONÉ ASÍ COMO TÚ ME HAS PERDONADO, llénale de tu Espíritu Santo, sáname de mis heridas y dame de tu paz” "Te doy gracias por sus vidas, sigue bendiciéndoles y quítame este dolor o angustia” o cualquier bendición u oración que quieras. Y sigue repitiéndolo cuantas veces lo necesites (en algunos casos con una o dos será suficiente, en otras tendrás que repetirlo más)
Ahora, esto no quiere decir que “mágicamente" se vaya el dolor, la decepción o todo lo que sientas, pero al tomar la decisión constante de perdonar, y al seguir en oración, meditación de la Palabra, y en la comunión íntima con Dios, el Espíritu Santo seguirá obrando en nuestras vidas y trayendo gozo y sanidad a nuestros corazones. No permitas que el dolor, la ira, la decepción o el rencor te amarguen, en Cristo hay esperanza, y libertad para perdonar y amar libremente!
Y no me malinterpretes, el perdonar a alguien no significa que necesariamente tengamos que continuar la relación con esa persona. Incluso lo más sabio muchas veces es poner tierra de por medio. Pero no debemos odiarles ni desearles el mal, de hecho todo lo contrario, orar por ellos para que Dios les bendiga (acuérdate de lo que dijo Jesús sobre el orar por nuestros enemigos)
¿Y qué hacemos con la decepción y desconfianza que las ofensas de otros nos provocan? Llevarlas a Cristo y recordar que en realidad no podemos confiar en los hombres sino en Dios (de hecho no esperar demasiado puede ser una buena idea jijiji) porque TODOS pecamos, ofendemos y herimos a las personas (queriendo y sin querer) y en realidad nadie puede amarnos o darnos TODO lo que necesitamos sino sólo Cristo. Y esto no significa que no nos esforcemos por amar, por servir a las personas y por tratarlas con el mayor amor, dignidad y respeto posibles (como lo haría Cristo) pero sí significa que tenemos que estar CONSCIENTES DE NUESTRA NATURALEZA CAÍDA.
Una vez le preguntaron a un Pastor que “cómo se puede confiar en las personas?” y el dijo “No confías en ellas, sino que las amas” jaja! Y en otra ocasión un Pastor mío muy querido, me platicó que durante el periodo de compromiso con su ahora esposa le preguntó: “confías en mí?” y ella le dijo “No, pero confío en Cristo” jaja!
Así es, nadie somos 100% confiables, nadie somos infalibles de pecar, y pecar contra otros, peros sí podemos arrepentirnos y por el poder del Espíritu Santo dar fruto de arrepentimiento, caminando en mayor integridad cada día, también podemos no sólo perdonar sino hacer bien a los que nos “maltratan y maldicen”.
Por último sólo decirte que también es sabio pedir protección para nuestras vidas y para nuestra persona. No tiene nada de malo el pedirle a Dios que aleje de nuestras vidas y de nuestros corazones, a todos los que nos hacen mal, aunque también debemos pedirle sabiduría, prudencia, discernimiento y domino propio para poner límites. Pero hacerlo siempre desde una actitud de amor y prudencia y no de amargura u odio.
Oro porque el Señor siga haciendo Su obra en nuestras vidas en esta área y por que nos de un absoluto perdón con todas las personas de nuestra vida (del pasado, presente y por venir), para así caminar libres y ligeros en nuestra vida con Cristo, como debe de ser!!
En el nombre de Jesús,
Amén!!
"Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;
15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas”
(Mateo 6:14)
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